La inmensa mayoría de las compañías han definido unos valores como piedra angular de su seña de identidad, con los que se pretende explicar que tipo de empresa son y quieren ser.

En muchas ocasiones definimos la estrategia para responder a ¿Qué queremos conseguir? Y los valores como parte de la cultura de la compañía tratan de responder a ¿Cómo queremos ser?, definiendo este ADN que puede marcar la diferencia entre empresas que bajo papel se puedan parecer mucho.

Si hiciéramos una encuesta a Directivos sobre la importancia de los valores y de la cultura incluso sobre el propósito de la compañía para su diferenciación y valor añadido, muy probablemente los resultados serían muy altos. ¿Quién puede afirmar lo contrario? (al menos públicamente)….

Pero en estas estábamos y sin que lo viéramos venir, nos dimos de bruces con el Coronavirus, ¿y qué está pasando? Pues lo mismo que ocurrió en España en la crisis económica del 2008, en situaciones de incertidumbre se ve la auténtica realidad de las compañías y de las personas que se encuentran detrás de las mismas.

Podemos decir que los valores, la cultura e incluso el propósito de nuestras compañías no vale para nada en un cuadro en la pared, en mensajes inspiradores en nuestras oficinas o en nuestras webs, sino que se tienen que hacer reales, tenemos que demostrar con ejemplos y evidencias concretas si somos como decimos que somos o nos estábamos tirando un triple con nuestra supuesta conducta.

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En épocas complejas, como la que estamos viviendo, nos quedamos sin el maquillaje y cuando nos miramos al espejo nos vemos tal cual somos, y ¿Qué vemos en este espejo?

Estamos viendo de todo, compañías en las que los valores no eran attrezzo y que están respondiendo a sus diferentes colectivos en base a los mismos, siendo como decían ser, y otros que realmente se han desdibujado, se han puesto de perfil y al quitarse la careta nos han demostrado que la verdadera cara que se encontraba escondida.

Podemos pensar (somos libres de hacerlo) que es mucho más fácil mantener tus valores cuando tu cuenta de resultados los avala, y que cuando la soga te llega al cuello ni valores ni nada, tenemos que buscar la supervivencia….

En mi opinión los valores, nuestro ADN o incluso nuestro propósito estará siempre con nosotros, en lo bueno y en lo malo, analizar las decisiones tomadas por empresas que a priori no están sufriendo tanto en esta coyuntura ¿Están respondiendo todas igual? Incluso las que han tenido que tomar decisiones negativas ¿Lo han realizado de la misma forma?

Ya os digo yo que no, que han actuado en base a sus “verdaderos” valores y motivaciones, yo no voy a poner ejemplos ni en positivo ni en negativo, prefiero que lo hagáis vosotros, pero existen muchos casos en ambos sentidos, y no solamente de compañías sino también de referentes económicos, políticos, sociales o incluso de referentes anónimos.

Espero que cuando todo esto acabe y se vuelva a la “normalidad” a nuestro “día a día”, no nos olvidemos de lo que hemos vivido durante estas semanas o meses y reflexionemos sobre tres aspectos clave: Coherencia, transparencia y soporte o ayuda.

Si durante estos días alguien (empresa o persona) os ha demostrado a vosotros o en vuestro entorno estas tres cualidades, seguir cerca de ellos porque son de los que realmente han demostrado con el ejemplo.

Del mismo modo no caigáis otra vez en la trampa de las luces de neón que muchos de los que no han estado ni estarán a la altura, crearán para tratar de encandilarnos de nuevo, porque sabéis que estos cuadros con los valores, el propósito y la cultura que tenían en las paredes y que han guardado durante estos días volverán a ver la luz para atraer de nuevo a las masas con falsas promesas.

Pensad en algo que a mi me está ayudando estos días, la gente que realmente es auténtica no tiene por qué vender o decir por qué lo es, sino que lo demuestra con sus acciones.

Sólo espero que el valor de estos valores ayude a ver el camino, y todas aquellas empresas y personas que han sido coherentes con su esencia, transparentes y reales en sus comunicaciones (no digo positivos) sino reales y empáticos con las consecuencias y han estado allí cuando ha sido necesario apoyando y dotando de soporte a sus diferentes colectivos (en el caso de las empresas) y a su entorno directo (en el caso de personas) salgan reforzados.

Y cuando volvamos con los discursos de la importancia del talento, de la dificultad de atraer y comprometer a gente clave…. Espero que este talento pueda tener en consideración si quién habla lo hace mirando a un guion o creé realmente lo que está diciendo.