Existen fundamentalmente dos maneras de desarrollar mejoras en las sociedades, económicas, políticas….

  • a través de la inclusión de mejoras continuas que provoquen avances paulatinos y desarrollen la “evolución” del modelo social.
  • o a través de la ruptura y la construcción de nuevos modelos en alguno o en todos los elementos que forman la sociedad, este fenómeno se denomina “revolución”, y tiene como principal objetivo el crear algo nuevo que sustituya a un modelo que ya no funciona o en el que la sociedad no se siente parte.

Tanto las evoluciones como las revoluciones son necesarias para que las sociedades avancen y se reinventen, ¿Qué sería de la sociedad actual sin la revolución francesa o la industrial? Estos movimientos sociales han sido siempre fruto de una necesidad en un campo concreto, como por ejemplo las injusticias ante un sistema político autoritario, el cambio de las condiciones laborales, los nuevos avances tecnológicos o industriales, la búsqueda de mayores derechos sociales….

El hombreActualmente como consecuencia de la crisis económica se está abriendo un gran debate sobre el modelo social y las características del mismo, como por ejemplo la excesiva preocupación por lo económico, la especulación con los valores por encima de los bienes materiales, la importancia de diferentes sectores como el bancario para el devenir de los países…. Dentro de las consecuencias de estas acciones, bajo mi punto de vista destaca una por encima del resto y es la poca o nula importancia que los diferentes grupos de poder han mostrado por las personas.

Dentro de las organizaciones, este desplazamiento de las personas ha sido muy pronunciado, y aunque durante las épocas de bonanza económica no se ha percibido este desplazamiento, ya que los discursos y algunas prácticas defendían lo contrario, durante la crisis, la respuesta de las organizaciones ha sido de lo más ilustrativa dejando claro cuáles son realmente los principios y prioridades del modelo.

En términos generales, las organizaciones se centran en aumentar su valor y sus beneficios (aspecto totalmente loable) pero en su mayoría no se han planteado estrategias a medio y largo plazo y han reaccionado ante su falta de previsión y estrategia a través de la reducción de costes, despidos, disminución de los beneficios de los empleados, identificando a las personas como un gasto más que como una inversión.

Está claro que las acciones que estamos viendo son sólo la consecuencia de un modelo que ha fallado, y que en ningún momento ha tenido en consideración las repercusiones que las prácticas desarrolladas podrían tener para las personas.

Por lo tanto creo que necesitamos un nuevo modelo social en el que se recupere la importancia de las personas en los diferentes ámbitos de la sociedad, y por supuesto este cambio tiene que afectar de lleno a las relaciones laborales dentro de las organizaciones.

Al igual que ocurrió con la revolución industrial o la revolución tecnológica, la revolución humanista creará nuevas organizaciones y sectores de actividad, en este caso centrados (de verdad) en las personas como elementos diferenciales, sus conocimientos serán la materia prima sobre los que crear las bases de las nuevas industrias y actividades.

La innovación y el resurgir de la preocupación por la formación y el conocimiento serán fundamentales no sólo para las organizaciones sino que las personas invertirán parte de su tiempo y su salario en su propia formación. Además gracias a las redes sociales y las interconexiones tecnológicas los conocimientos se abrirán al mundo, restando los costes y las barreras de entrada “elitistas” al conocimiento, que será un bien social.

Surgirán nuevos modelos de financiación y colaboración entre diferentes empresas y particulares que se darán soporte en aquellas ideas o negocios que se consideren de valor, se prestará mayor atención a las estrategias a medio y largo plazo y se considerará que las personas son el verdadero elemento diferencial.

Está claro que estos cambios tendrán que venir respaldados por las modificaciones en otros estamentos sociales, como una mayor preocupación por la cultura y la educación, la investigación y la innovación.

Se tendrán que asentar las bases para construir sociedades preocupadas por el avance y el desarrollo de las personas, entendiendo que el fin último de las actividades es el propio desarrollo social y no la creación económica.

Todo esto puede sonar utópico, pero estoy seguro de que sin estos cambios, nunca saldremos de esta crisis, ya que lo que provoca la crisis es un modelo caduco y antisocial que utiliza a las personas como un medio para conseguir un fin, genera desigualdades y enfrentamientos y cada vez deja en la cuneta a un mayor porcentaje de ciudadanos.