Los trabajadores españoles siempre aparecemos entre los países menos productivos de la OCDE y dentro de Europa nuestros vecinos del norte nos acusan de aparentar más que de producir, es decir, de trabajar muchas horas pero no siendo estas del todo productivas.
No entrando en el debate de si tienen o no razón los que nos acusan, si es cierto que los datos cuantitativos no nos dejan muy bien parados.
Si nos vamos a nuestro día a día, queda constancia que existen ciertas prácticas que no tienen mucho sentido y que provocan en parte esta falta de productividad, por ejemplo, las paradas para el café, los cigarritos, las conversaciones en los pasillos, las comidas que se alargan y otra serie de cosas que hacen que no nos concentremos al máximo y hagamos el trabajo de manera más eficiente y nuestra jornada más productiva.
Pero todo «efecto tiene su causa» y yo, sinceramente, creo que gran parte de estos parones, de estas comidas que se alargan, de las reuniones interminables…. Está provocado por la cultura empresarial española y sus hábitos que aún hoy está mal visto en muchos trabajos salir «a la hora», o trabajar «por objetivos» independientemente del tiempo que estos te lleven.
El calentar la silla es improductivo e ineficiente, y provoca que como los empleados ya saben que se tienen que quedar más allá de la hora, se tomen su jornada laboral con mayor relajación, y ¿qué me decís de la frase? «Para que correr si tenemos que estar aquí hasta que se vaya el jefe».
En mi opinión la falta de productividad en España está provocada en gran parte por la gestión de los mandos medios y directivos que no cambian estas acciones, y predican con el ejemplo. Existe el «status quo» de que cuanto más tiempo pases en el trabajo, más lejos puedes llegar y mayor es tu grado de compromiso y más papeletas tienes para ascender.
No tiene sentido que en mercados cada vez más conectados, los directivos españoles trabajen de manera diferente a como lo hacen sus homólogos de otros países, en los que además las prácticas españolas están mal vistas. En los países del norte de Europa el que se queda más allá de su hora de salida es considerado improductivo ya que no ha podido desarrollar su trabajo dentro de su jornada de trabajo.
Al igual que creo que los mandos son la principal causa también creo que de ellos depende el cambio de mentalidad y de acción, tienen que ser además los primeros en promover el cambio y acabar con la práctica actual.
Me pregunto ¿Qué pasaría si durante esta semana saliera a mi hora?, ¿Qué podría provocar en mi equipo, ¿Qué pensarían?, ¿Y en mis superiores?
Habrá que probar, ¿no creéis?
Y qué se puede hacer cuando es el equipo el que calienta la silla y el jefe el que se va a la hora? Les obligas a que se vayan a su hora?
Pues la verdad es que el realmente curioso es que sean los miembros del equipo los que fomenten esta práctica, me supongo que lo mejor es aclararles el por qué están en la compañía y que su trabajo consisten en la consecución de objetivos y no en «fichar» y acumular horas.
Aclarar y dar ejemplo.
Efectivamente, en la cultura anglosajona no está bien visto calentar la silla, sino que se trabaja verdaderamente por objetivos claros y cuantificables, los managers atribuyen responsabilidad a los trabajadores, tratándoles con mayores niveles de madurez y responsabilidad laboral y no importa donde este el trabajador, sino su contribución al negocio o a la compañía. Esta atribución de mayor responsabilidad resulta en incrementos de motivación y compromiso laboral, con lo que se genera una relación laboral de mayor confianza que posibilita esas otras formas de trabajo, como tele-trabajo, etc. Pienso que poco a poco, y en función de la internacionalización de las compañías españolas iremos convergiendo hacia esa otra forma de trabajar.
Yo espero sinceramente que cada vez nos aproximemos a un modelo lógico y productivo, y dejemos atrás la cultura del «presencialismo», pero insisto en que es para ello es fundamental que los directivos y los mandos medios, sean ejemplo y que premien la eficiencia y no el calentamiento de silla.