En estos días en los que salen a la luz las supuestas prácticas no éticas y métodos de entrenamiento excesivamente duros de la entrenadora del equipo de sincronizada de la selección española, me gustaría aprovechar para reflexionar sobre si «el fin justifica los medios».
Está claro que en este caso el equipo de sincronizada ha conseguido, gracias a la entrenadora que ahora está en la picota unos resultados que nunca antes se habían alcanzado, posicionando al equipo en el segundo puesto del ranking mundial, y durante años los métodos que la entrenadora utilizó no se cuestionaron lo más mínimo, siendo considerada como un modelo de éxito deportivo que otros deportes deberían seguir.
¿Y qué ocurre en el mundo de las empresas? No existe discursión ni debate sobre que las organizaciones se tienen que centrar en conseguir sus objetivos, y que sin ellos las mismas no tendrían sentido, pero ¿y los métodos para conseguir los mismos? ¿Puede valer todo?
Si de vosotros dependiera ¿Estaríais dispuestos a contratar a un directivo que asegure los resultados del negocio pero que para conseguirlo utilice unos métodos ciertamente «duros» o incluso «poco éticos»?, para ser más directos en la reflexión, ¿Estaríais dispuestos a contratar como directiva a la ex-entrenadora de sincronizada?
Está claro que de hacerlo, es probable que los resultados en el corto plazo se podrían conseguir pero ¿Qué pasa con los costes internos y externos relacionados con esta decisión?
Seguro que conocéis más de un caso de directivos y mandos medios de «perfil duro», que si bien es cierto que consiguen resultados, suelen dejar tras su rastro un reguero de sombras, conflictos internos, miedos y sobretodo consiguen aumentar el número de alumnis de las organizaciones.
Otro aspecto que se tendría que valorar en las organizaciones, y que en su momento debieron de hacer los responsables del equipo de sincronizada es si este directivo y sus métodos están alineados con lo que la organización persigue y si cuadra con su cultura, valores y hábitos. Si tu organización se centra en la consecución de objetivos, la competencia, la jerarquía y el estilo duro, este tipo de perfiles pueden encajar a la perfección, pero si la cultura se centra en aspectos como el trabajo en equipo, la motivación del personal, la cercanía…. provocaréis un efecto demasiado dañino.
Y entonces, ¿Pensáis que todo vale para conseguir los resultados?, ¿Qué creéis que pasará si el equipo de sincronizada, ahora sin su directivo de «perfil duro», deja de cosechar logros? ¿No creéis que se empezará a cuestionar si los métodos actuales no son los necesarios para conseguir los mismos?.