La semana pasada tuve la gran suerte de participar como ponente en la jornada sobre emprendedores que organizó el colegio de Ciencias Políticas y Sociología en su sede de Madrid, con el objetivo de acercar ejemplos reales de antiguos licenciados que se han convertido en esto que ahora está tan de moda: EMPRENDEDORES.

Si algo quedó más que evidente en la jornada, es que emprender en España es posible, aunque existan muchas más trabas que facilidades para hacerlo, y que como yo mismo comenté, igual es algo a tener en consideración en tiempos como los actuales en los cuales las alternativas escasean.

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Los ponentes centramos nuestras diferentes exposiciones en explicar nuestros propias experiencias: los porqués de nuestra decisión, las principales barreras que nos encontramos a la hora de lanzarnos al mundo del trabajo por cuenta propia, o los beneficios que puede tener ser tu propio jefe con respecto a estar dentro de una organización.

Fue muy interesante y gratificante el comprobar que a pesar de las diferencias entre los modelos de negocio y tipología de empresas, todos los ponentes coincidíamos tanto en las causas que nos lanzaron a este mundo, como sobretodo en los sentimientos y percepciones sobre nuestras propias experiencias personales.

Fue evidente que todos coincidíamos en la gran experiencia personal y profesional que ha significado la aventura del emprendimiento en nuestras vidas, ya que tanto para lo bueno como para lo malo, no puedes depender de otros para tomar decisiones y todo pasa por ti. Los resultados tanto los buenos como los malos suenan a primera persona y al mirar hacia atrás en busca de apoyo o soporte te puedes encontrar con un gran vacío.

El aprendizaje y el desarrollo de competencias como la proactividad, la iniciativa, la visión (transversal) de negocio, la asertividad, la gestión (real) de las expectativas, la flexibilidad o la tolerancia a la frustración son intrínsecas al emprendedor, y este tipo de experiencias te enseñan más que cualquier formación de alto nivel, ya que aprendes a base de práctica.

Otro de los aspectos que creo que fue muy destacado en la sesión, fue la cercanía de los casos expuestos, ya que ninguno de los ponentes planteábamos modelos de negocio de tercera generación o casos de éxito que puedan ser estudiados en escuelas de negocio… (Al menos de momento), sino que por el contrario nuestros ejemplos eran muy reales y todos los participantes se podían poner en nuestro lugar, y ver el emprendimiento como una alternativa de lo más alcanzable.

Como dijo uno de los ponentes aquí ninguna de nuestras organizaciones es “google” y así es, el emprendimiento que realmente tenemos que desarrollar en nuestro país es el que se puede tocar, el real, el de “carne y hueso”, el emprendimiento del 99,7% del tejido empresarial de nuestro país, que tiene que ser potenciado y ayudado por parte de las administraciones y sector financiero, o al menos, no tiene que ser entorpecido y paralizado.

Yo sinceramente me sentiré satisfecho si esta jornada ha servido a alguno de los asistentes para aclarar las posibles dudas que le quedaban y pueden tener más claras sus opciones sobre el trabajo por cuenta propia (ya que en la jornada no se ocultó nada, ni lo positivo ni lo negativo de nuestras experiencias)

Está claro que el momento no es el más propicio para emprender, pero también es el peor momento para intentar trabajar por cuenta ajena, y personalmente creo que muchas de las personas que se han visto desplazadas de su puesto de trabajo se están dando cuenta que el buscar la estabilidad y la “tranquilidad” en el interior de una organización puede ser cada vez más irreal.

Y para concluir pensar que la experiencia y el desarrollo de competencias que os aportará ser autónomos o dueños de vuestra propia empresa serán las más demandadas por las propias organizaciones, lo que se denomina actualmente INTEREMPRENDEDOR no deja de ser un empleado con alma de autónomo o un autónomo camuflado dentro de una organización, con lo que la experiencia aumentará vuestras opciones laborales, tanto por cuenta ajena como por cuenta propia.

Tanto si emprendéis como si no, debéis tener la mente abierta y plantearos la vida profesional como una carrera con diferentes etapas en las cuales, unas pasarán por trabajar para otros y otras la mejor de vuestras alternativas podrá ser el convertiros en vuestros propios jefes, y hagáis lo que hagáis, lo fundamental es que sigáis aportando valor y mejorando día a día. 

Y quería acabar agradeciendo al resto de ponentes (Pilar Azagra “Onlineandoffline”, Diego González “Qalamo” y a Sandra Pérez “Exipol”) y al propio colegio de ciencias políticas y sociología el poder facilitar este tipo de debates que tanta falta hacen en este momento.