La búsqueda del compromiso se ha convertido, en estos últimos años, en el santo grial de la gestión de personas, la gran mayoría de las organizaciones (por convicción o por necesidad) tienen en su hoja de ruta el tratar de encontrar la formula mágica para conseguir descubrir qué pueden hacer para comprometer a sus empleados.

Inspired EmployeesY ¿Por qué esta búsqueda obsesiva del compromiso de los empleados? ¿Por qué queremos aumentar el compromiso?

Podría enumerar unas cuantas razones centradas en la tendencia “buenista” que hacen que muchos directores generales no se tomen en serio tanto a las prácticas como a los profesionales de los recursos humanos, pero no nos engañemos la razón principal por la que nos preocupamos por el compromiso es por su vinculación con la productividad.

Cuando hablamos de compromiso de lo que realmente estamos hablamos es de la cuenta de resultados, de gastos y de ingresos, o lo que es lo mismo como aumentar los beneficios de nuestra organización.

El estudio desarrollado por Bain y del que se ha hecho eco recientemente Harvard Business Review explora con resultados cuantitativos la relación entre el grado de compromiso de un empleado y su productividad.

Según se nos explica en el informe, un empleado comprometido con su compañía es un 44% más productivo que un empleado satisfecho, y mucho más que los que no lo son, lo que significa que con dos empleados comprometido se podría conseguir la misma productividad que con 3 empleados satisfechos.

Es normal que estemos obsesionados con el compromiso, pero lo realmente curioso del informe de Bain es que igual nuestro enfoque es parcial, ya que si bien es cierto que un empleado comprometido nos aportará mucho más que uno que esté satisfecho, parece que los mayores resultados los consiguen aquellos que están inspirados.

¿Y si el verdadero grial no fuera el compromiso sino la inspiración?

Parece que según los datos presentados por Bain, un empleado inspirado es más del doble de productivo que un empleado satisfecho, incluso podemos concluir que si alguien está alcanza la inspiración con su puesto de trabajo tiene una productividad de casi dos personas comprometidas.

Ya tenemos un nuevo objetivo, el nuevo reto de las compañías es conseguir ¡empleados inspirados! pero, ¿Y como podemos conseguirlo?

Para mi la clave está en el ejemplo, en tener un referente o un modelo en el que nos queramos fijar y tratar de imitar, por lo que tener empleados inspirados exige dos retos:

  • El contar con referentes inspiracionales que ejerzan su influencia en la compañía, sustituyendo a los jefes o mandos por lideres que ayuden e impulsen con su visión y habilidades a la personas.
  • Saber conectar con los elementos que pueden servir de inspiración a nuestros diferentes colectivos de empleados, ya que nuestras organizaciones son cada vez más un crisol de empleados con múltiples necesidades y características.

Aunque si es cierto que existen muchas y muy diferentes colectivos y las fuentes de inspiración pueden no ser iguales, si que podemos comprobar que desde el lado de las personas inspiradoras si que encontramos rasgos comunes.

  • Pasión.
  • Capacidad de esfuerzo.
  • Creencia ciega en que los resultados se conseguirán.
  • Visión de futuro.
  • Capacidad de impacto e influencia para transmitir sus ideas.
  • Dar ejemplo con sus acciones.

Pensad sino en estos líderes carismáticos que sirven de ejemplo en otros ámbitos de la vida como el deporte o la cultura y como ayudan a otros marcando el camino, todos tienen estos componentes que los hacen inspiradores.

Ahora pensad, los que hayáis tenido la suerte de coincidir en vuestra carrera profesional, con esa persona que marco una diferencia y que os sirvió como ejemplo de comportamiento.

Si pudiéramos aumentar el número de inspiradores y conseguir más empleados inspirados, nuestras compañías irían mucho mejor, y sino fijaros en los resultados del estudio y tened en cuenta que la inspiración no es algo etéreo sino que es algo que está tremendamente vinculado a nuestra manera de comportarnos.

“La inspiración es un huésped que no visita de buena gana al perezoso” Chaikovski.