Decir que como consecuencia de la crisis, el modelo económico y el tejido empresarial han sufrido una gran transformación, no es ninguna novedad, ya que a tod@s en mayor o menor medida nos hemos visto afectados, y hasta este momento nos ha tocado sufrir los aspectos negativos de dicha transformación, como son los ERES, la desaparición de empresas y la falta de resultados económicos.
Pero aún tenemos que vivir otros aspectos no tan negativos de dicha transformación y que completará este nuevo estadio evolutivo de nuestro tejido productivo, y no sólo serán las organizaciones las que se transformarán en función de las nuevas necesidades y demandas de los mercados, sino que también nosotros, los trabajadores, tendremos que transformar o adaptar nuestro perfil ante lo que sea necesario en nuestras organizaciones.
¿Y qué es lo que buscarán en nosotros las organizaciones en esta etapa post-crisis? ¿Cuáles serán las capacidades o competencias más valoradas? Aunque seguro que existirá una gran lista, indicaré 5 con mayor criticidad y que marcará la diferencia entre los trabajadores.
- Resiliencia: El nuevo contexto obligará no a gestionar el cambio, sino a vivir de manera continua en el cambio, provocando en los empleados la capacidad de convivir con este eterno movimiento sin resentirse en lo personal o profesional.
- Learning Agility (Capacidad para aprender: Hemos dado mucha importancia a los conocimientos y experiencias de los empleados, pero más importante de lo que las personas saben es un capacidad de aprender cosas nuevas y la rapidez y agilidad con lo que lo hacen. En un entorno en constante cambio y evolución los conocimientos podrán tener un valor relativo y caduco, pero la capacidad para aprender cosas nuevas tendrá un gran valor.
- Flexibilidad: Las organizaciones tendrán que estructurarse de manera más ágil y flexible con el objetivo final de prestar soluciones rápidas ante las demandas cambiantes de los mercados, los puestos con una definición de responsabilidades cerradas y fijas pasarán a la historia, y los empleados cada vez más tendrán que jugar con la flexibilidad, adaptándose a las necesidades cambiantes de las organizaciones, desempeñando roles cada vez más globales o transversales y menos especializados o concretos.
- Capacidad de escucha; Un gran hándicap en las organizaciones, y que marcará el éxito de aquellos que la desarrollen y la puedan utilizar.Tanto si nuestros clientes están dentro o fuera de las organizaciones, tendremos que entender sus opiniones, sensaciones y necesidades para poder ofrecerles un valor diferencial al que le pueden ofrecer otros. Y ¿Cómo vamos a ofrecer valor sino escuchamos y entendemos a nuestros clientes?
- Proactividad y capacidad para la toma de decisiones; Se hacen más necesarios los gestores y menos los ejecutores y los perfiles operativos. Las organizaciones demandarán que cualquier empleado de su estructura realice sus actividades como si fuera un autónomo, de aquí la importancia del perfil del interemprendedor, y todas las competencias que este término conlleva (capacidad de análisis y toma de decisiones y proactividad), con el objetivo final de que cada uno de los puestos aporte valor real a la hora de desarrollar sus actividades.
- Gestión de proyectos y/o equipos; la última pero una de las más importantes, ya que como planteaba en el post “Las organizaciones cósmicas” las empresas se estructurarán con un núcleo de empleados que posean una visión global y que puedan trabajar de manera flexible en la gestión de proyectos transversales, en los que los conocimientos específicos los podrán aportar “freelances” expertos a los que tendrán que gestionar los gestores internos que les aportarán los conocimientos de negocio y la visión global de la organización.
Estas competencias estarán por tanto vinculadas a formar profesionales que estén alienados con la propia transformación de las organizaciones y que ayuden a estas a conseguir sus nuevos retos y objetivos a través de una nueva manera de hacer las cosas, acorde con el nuevo modelo económico de esta era “post-crisis”.
Así que os animo a que tratéis de desarrollar todas y cada una de estas 5 competencias que serán de gran valor para cualquier organización, y que nos convertirán en profesionales mucho más completos.
Estupendo artículo, aunque no hay que olvidar las siempre buscadas Orientación al cliente y Orientación al logro
Flexibilidad, me llama mucho la atención este comentario: » los empleados cada vez más tendrán que jugar con la flexibilidad». No estoy nada de acuerdo con esto, creo que no hay que jugar tanto, la flexibilidad no es compatible con la vida familiar hay personas que necesitamos y queremos puestos con una definición de horarios cerrados. Creo que las empresas tienen el deber de educar a sus clientes y decir «no» cuando toque. Esto lo digo con conocimiento de causa, no se puede ser flexible todo el día y que un cliente te pueda llamar a la hora que quiera, debemos de marcar un protocolo.
Marisol completmente de acuerdo con vos! ninguna empresa es mas importante q la «empresa de ser feliz» y disfrutar de la vida simple, disfrutar TODOS LOS DIAS, no 15 dias por año cuando al gerentito se le da la gana dejarte ir de vacaciones
Sin perjuicio de que no es la idea interpretar las palabras del autor del artículo, creo que él no se refiere a un concepto tal de «flexibilidad»; con empleados sin horarios fijos o clientes que llaman a cualquier hora. Comparto la idea de roles que atraviesen la organización, que respondan a un equipo de trabajo, aunque no necesariamente comparto la idea de dejar de lado la especialización. Cada uno/una desde su expertice puede aportar en diferentes lugares de la organización. La adaptación a los cambios, sin atravesar barreras legales, es importante y si los que gestionamos personas en diferentes organizaciones no nos apropiamos de las realidades organizacionales que imponen cambios y mayor flexibilidad, mal podremos transmitir y difundir esa competencia.